Mientras la gruesa pauta oficial del gobierno santafesino logra que buena parte de la patria mediática hable del supuesto descenso de la criminalidad en los grandes centros urbanos y de la “exitosa” gestión de Cococcioni al frente de la cartera de Seguridad la realidad se empeña en desmetirlos.
Basta como muestra el lamentable operativo policial que tuvo lugar en Rosario en oportunidad del partido de Copa Argentina entre Boca Juniors y Gimnasia y Esgrima de La Plata.
La conducción policial y política de Maxi Pullaro no pudo siquiera prever que se trataba de un partido del alto riesgo, con participación de miles de aficionados de ambas hinchadas, con el condimento que una de ellas es la popular “Nro 12” del xeneixe, considerada de las más peligrosas del continente.
Cococcioni y su gente subestimaron el grado de importancia del evento y si de milagro no hubo víctimas fatales no fue por las precauciones que debieron tomarse sino por la intervención de la plana mayor del Consejo de Fútbol de Boca encabezado por su Presidente: Juan Román Riquelme.
Él junto a Chicho Serna, Marcelo Delgado y Cascini literalmente pusieron el cuerpo en la tribuna y mano a mano, en su condición de ídolos deportivos calmaron a los violentos y reencausaron la situación, que de otra forma podría haber sido trágica.
Una muestra de la tolerancia
El tandem Pullaro- Cococcioni en otra muestra de tolerancia echaron al director de Policia Julián Alegre, quien estaba jubilado y habia sido reincorporado, luego de que se difundieron audios donde supuestamente el agente condenaba la reforma previsional que impulsó y aprobó el gobierno santafesino.
Según lo publicado por el medio digital Letra P la medida se dispuso a través del decreto 1658. el que dispone el cese inmediato de Alegre quien fuera afectado a la Subsecretaria de Formación y Carrera Policial. El motivo de la sanción: las declaraciones y audios del policía condenando la reforma previsional en la provincia.
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